Hazte el Sordo
- Joel de Bruine
- 29 jul 2019
- 3 Min. de lectura

Me encanta la siguiente historia. Quizá la hayas leído ya, pero te animo a pensar en la reflexión final que hago.
"Un grupo de ranas andaba por el bosque, cuando, inesperadamente, dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las ranas que se salvaron de la caída se reunieron alrededor del agujero y, viendo lo profundo que era, le gritaron a las ranas caídas que no les quedaba otra que darse por vencidas.
Aún así, las dos ranas siguieron intentando salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les seguían diciendo que esos esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas hizo caso a lo que las demás decían, se rindió y abatida se quedó esperando resignada su muerte. La otra, sin embargo, siguió saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le seguía gritando que era inútil pero la rana continuó, cada vez con más fuerza, hasta que, para gran sorpresa de todas, de un gran salto, consiguió salir del hoyo.
Una vez fuera, las otras le preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?” La rana les dijo que era sorda, y agradecía con entusiasmo los ánimos que creía le habían estado dando desde el borde para que pusiera todo su empeño en salir del hoyo."
La reflexión que se suele hacer con este cuento, es que no dejemos que las voces de desánimo a nuestro alrededor nos afecten y sigamos luchando por nuestros sueños, por aquello en lo que creemos.
Eso está muy bien. Pero hoy quiero darle otro enfoque, otra vuelta de tuerca. Quizá en tu vida hayas tenido personas que han sido un referente moral o espiritual, que te han inspirado a seguir adelante en la vida, a perseguir las cosas buenas, a superar un bache o a conseguir tus sueños. Quizá alguna de esas personas, con el paso del tiempo te han salido rana, te han decepcionado, han resultado no ser lo que esperabas.
Eso ha deteriorado la fe que tenías, ha dañado tus ganas de creer, te ha vuelto un poco cínico y apático. Has perdido la chispa e ilusión que solías tener, se ha enfriado la confianza y te has endurecido un poco.
Hazte el sordo. Ese es mi consejo.
Sé la rana que, creyendo que la animaban, salió del hoyo. Al final fue la fe de la propia rana la que le salvó. No fueron las palabras de las otras ranas.
Hazte el sordo. Ese es mi consejo.
Probablemente las palabras de las personas que fueron tu referente eran buenas, inspiradoras, poderosas. Pero al descubrir la imperfección en dichas personas que te las decían, ahora esas mismas palabras te suenan vacías, huecas, marchitas.
Hazte el sordo. Ese es mi consejo.
Sé que duele cuando las personas te decepcionan. Sé que enfada descubrir la doble cara, la falsedad, las intenciones ocultas, la mentira. Sé que se te quitan las ganas de volver a confiar en nadie.
Hazte el sordo. Ese es mi consejo.
Que esas palabras de aliento que resonaban en tu cabeza sean de tu propiedad y nadie te las robe, ni siquiera quién te las regaló. Quien pegó el salto y salió del hoyo fuiste tú. Fue tu fe la que te salvó. No pierdas esa fe. Perdona y libera a quien te dañó. No des el papel de protagonista en tu película a un ladrón.
Hazte el sordo y ... ¡Salta!
Joel De Bruine
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