La Oruga que Mordía el Polvo
- Joel de Bruine
- 25 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Todos conocemos la vida de la oruga que tiene que morder el polvo, arrastrando su rollizo cuerpo en busca de alimento. Podemos imaginar a la oruga pensando: “¿Será siempre así mi existencia? ¿Por qué tengo la sensación de estar atrapada?”
Pobrecilla, si ella conociera su destino, si alguien se lo contara, si supiera el color de las alas que iba a tener con las que surcar el viento, entonces esos días de tedio pasarían a ser días de floreciente y preñada esperanza. Llegaría el misterioso momento de Crisálida, en que la oruga se rodea de una pupa y durante un tiempo de aparente inactividad, sufre una transformación fabulosa. La expresión de morder el polvo, se origina en la Edad Media cuando los caballeros derrotados en tierra, heridos de muerte, conscientes de su final fatal, arrancaban un puñado de tierra del suelo y lo mordían, como beso postrero a la tierra que les había sustentado y ahora iba a recibirles en su seno. Muchas víctimas de abuso sexual, se sienten como la oruga que se arrastra mordiendo el polvo. Se sienten como el caballero medieval, muertas en vida. Pero su verdadera identidad no es la de oruga, es la de mariposa. Su destino no es arrastrarse, su destino es volar.
Al comenzar un proceso de sanación emocional, nos escondemos en una pupa, en esa crisálida donde sucede la metamorfosis. Restauramos allí nuestras vidas mirando las cosas que nos dan vida y no muerte. Creeremos verdades que hacen libres, que nos hacen volar, desbancando las ancestrales mentiras, grabadas a fuego en nuestras mentes por los abusos que nos han roto.
Es muy importante constatar que el proceso de restauración hacia una mente y emociones saludables es justamente eso, un proceso. En ocasiones se avanza dando pasos de gigante y en otras se progresa como las olas en la pleamar, que avanzan y retroceden, pero con cada ola se conquista un trocito más de playa.
Con fuerza y convicción podremos declarar a los cuatro vientos, que después de una travesía de renovación tras renovación, podremos saber lo que es surcar los aires impulsados por unas nuevas alas coloreadas por la esperanza.
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